El establishment, de mecenas de Stalin a enemigo de Putin.

Jorge Santa Cruz. Foto actualizada
Jorge Santa Cruz

Por: Jorge Santa Cruz (*)

En la actualidad, el Estado Profundo (es decir, el gobierno secreto que domina a Occidente desde Estados Unidos) es enemigo mortal de Rusia, debido a que rescató sus valores cristianos, a que lucha contra el terrorismo islámico y a que se opone al gobierno mundial.

Pero no siempre fue así. Es sabido que Wall Street financió a los bolcheviques que derrocaron al zar Nicolás II e impusieron la dictadura soviética en Rusia.
También, que hicieron caer a Japón en la trampa de Pearl Harbor, el 7 de diciembre de 1941, para que Estados Unidos entrara a la II Guerra Mundial y pudiera rescatar a la Unión Soviética de un cataclismo inminente, pues las tropas alemanas estaban a 40 kilómetros de Moscú.

Ese apoyo capitalista al comunismo, aparentemente incomprensible, se explica, pues, por los propósitos mundialistas de ambas ideologías. El establishment de entonces jugaba con las dos barajas y la guerra fría le redituaba ganancias económicas fantásticas.

El 11 de junio de 1942, los gobiernos de Estados Unidos y la Unión Soviética firmaron en Washington un tratado de cooperación, que comprueba lo anterior.

La agencia rusa Sputnik, en su página en español, consignó hace apenas dos días, lo siguiente:

El ‘Acuerdo entre los Gobiernos de la URSS y EEUU sobre la ayuda mutua en el transcurso de la guerra contra el agresor’ se enmarcaba dentro de la Ley de Préstamo y Arriendo de EEUU (conocida como ‘Lend-Lease’), aprobada con anterioridad por el presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt.

Este documento estableció el concepto de la cooperación económica y técnico-militar entre ambos países durante todo el período de guerra.

En el marco de ese acuerdo, EEUU embarcó al frente soviético cerca de 350.000 camiones, 11.500 aviones, 12.000 vehículos blindados, 1.977 locomotoras, miles de toneladas de alimentos y medicamentos, entre otras cosas. A cambio, la URSS proveía a las industrias estadounidenses de recursos estratégicos, como manganeso o cromo, minerales utilizados en la fabricación de blindados.

Con la culminación del conflicto armado, las fuerzas soviéticas devolvieron la mayor parte del armamento prestado bajo el tratado e incluso hoy en algunos museos se muestran modelos de aviones Bell P-39 con las típicas estrellas rojas de las fuerzas soviéticas.¹

Se trató de una colaboración abierta que obligó al entonces dictador soviético, José Stalin, a ocultar a sus tropas -como lo reveló el 22 de agosto de 2016 el periódico español ABC en su edición electrónica«que los camiones en los que viajaban, y la comida que ingerían, provenía de Norteamérica»

El establishment de entonces, padre del Estado Profundo actual, tenía al nazismo como enemigo tanto en Moscú como en Washington y, por eso, actuó en consecuencia. Hoy, esa lógica no existe: el Emirato Islámico es su engendro y con él, quiere dominar al mundo.

Lo interesante es que los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y de Rusia, Vladimir Putin, dan la impresión de querer salirse de ese juego macabro y por eso son denostados a nivel global.

Todo indica que Putin podrá resistir el vendaval; la pregunta es si Trump también lo conseguirá. Es algo que se ve muy difícil, aunque no imposible.

Referencias electrónicas:

  1. Sputnik Mundo. Un día en la historia: lo que ayudó a los soviéticos a aplastar a los nazis. Sociedad. Recuperado el 13 de junio de 2017: https://mundo.sputniknews.com/sociedad/201706111069889486-lend-lease-roosevelt-eeuu-urss-rusia/

  2. ABC. La gran mentira de Stalin para esconder que el Ejército Rojo ganó la II Guerra MUndial con ayuda de EE.UU. Historia. Recuperado el 13 de junio de 2017: http://www.abc.es/historia/abci-gran-mentira-stalin-para-esconder-ejercito-rojo-gano-iigm-ayuda-eeuu-201608220139_noticia.html

(*) Periodista mexicano.

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Los buenos también cometen crímenes. Autor: Jorge Santa Cruz

jorge-santa-cruz-facebookPor: Jorge Santa Cruz (*)

El fin de la Segunda Guerra Mundial debió significar el imperio de la Ley y el respeto absoluto a los derechos humanos, a nivel global, pero no ha sido así, porque los vencedores de la contienda -mediante su derecho de veto en el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas- han cometido toda clase de crímenes incalificables y han permanecido impunes.

El mundo conoce la versión de los triunfadores en cuanto a los atropellos cometidos por el nacionalsocialismo; los ganadores, sin embargo, ocultan celosamente los que ellos cometieron durante el conflicto bélico de 1939 a 1945 o, aun, después del mismo.

Testimonio 1

El subsecretario del Gabinete de Japón, Nobuo Ishihara, declaró el jueves 15 de agosto de 1991 que “el mundo entero es responsable por la guerra”.

Agregó en esa ocasión que “si todos hubieran realizado su máximo esfuerzo, la guerra pudo ser evitada. Todos los involucrados deberían reflexionar.”

Dijo, además: “Tomará décadas o siglos antes que un juicio correcto sea logrado sobre quién es responsable de la guerra.” (El Universal. Sábado 17 de agosto de 1991. Internacional.)

Reflexión: sólo fueron juzgados algunos de los responsables de la Segunda Guerra Mundial. Los que perdieron. Los otros, quedaron impunes.

Testimonio 2

El sábado 8 de mayo de 1999, el periódico El Universal, de la Ciudad de México, publicó: “Preocupación por el uso de proyectiles radiactivos en Kosovo”

La nota iniciaba de la siguiente manera:

“El Pentágono confirmó que la Fuerza Aérea de Estados Unidos utiliza balas radiactivas en Yugoslavia, lo que reavivó las preocupaciones surgidas tras la guerra del golfo Pérsico respecto de los peligros que dichas municiones significan para soldados, población civil y medio ambiente.”

En el segundo párrafo, la información agregaba: “En una sesión informativa del Pentágono, previamente esta semana, el general de división Chuck Wald dijo que los aviones A-10 ‘Warthog’ están disparando balas de uranio reducido contra tanques yugoslavos.”

Luego se leía: “Estas municiones, utilizadas por primera vez por tanques y aviones estadounidenses durante la guerra del Golfo de 1991, dejan una estela de polvo y restos contaminados en el campo de batalla. El uranio reducido es un metal radiactivo que es casi dos veces más denso que el plomo.” (El Universal, sábado 8 de mayo de 1999, primera sección, página 27.)

Reflexión: nadie ha sido castigado por ello.

Guerra en los Balcanes. Kosovo. Commons Wikimedia. 640 x 432
Destrucción en Kosovo. Foto: Commons Wikimedia

Testimonio 3

Tres meses después de que apareciera la nota anterior, el periódico Novedades, de la Ciudad de México, difundió: “Miles de empleados expuestos al plutonio en EU”

La entrada testimoniaba: “WASHINGTON.- Miles de empleados se vieron expuestos a sustancias radiactivas, entre ellas el plutonio, en una fábrica del Gobierno Federal estadounidense especializada en los años 50 en la fabricación de materiales destinados a armas nucleares, informó ayer el diario The Washington Post.” (Novedades, 9 de agosto de 1999, sección internacional, página A9.)

Reflexión: el Departamento de Energía de EU dijo que esto no había puesto en riesgo la salud de los trabajadores afectados.

Testimonio 4

El periódico La Crónica de Hoy, de la Ciudad de México, difundió una nota poco usual, el 15 de mayo de 2000: “EU planeó lanzar una bomba atómica a la Luna en 1958”

La nota, fechada en Londres, por la agencia española de noticias Efe, iniciaba así: “Estados Unidos planeó durante la Guerra Fría hacer estallar una bomba nuclear en la luna para que su espectacular resonancia fuera percibida en la tierra e impactara a la humanidad.”

En el segundo párrafo, se consignaba: “La escalofriante idea fue revelada ayer por el periódico ‘The Observer’, tras entrevistar a Leonard Reiffel, de 73 años de edad, el físico que se encargó del proyecto en 1958.”

Reiffel dijo a The Observer: “Estaba claro que el propósito principal del estallido era asombrar a la humanidad. Era una especie de exhibición.”

Reflexión: que bueno que no ocurrió, pero ¿cuántos planes más de ese tipo se han ideado y, sobre todo, se idearán de cara al futuro? (La Crónica de Hoy, 15 de mayo de 2000, página 9-B).

Testimonio 5

El mismo periódico La Crónica de Hoy hizo otro descubrimiento interesante, dos meses y medio antes.

En su edición del 29 de marzo de 2000, dio a conocer que “Suecia esterilizó entre 1935 y 1996 a 650 mil mujeres para ‘purificar la raza’.”

La nota de la Agencia Francesa de Prensa, fechada en Estocolmo, daba cuenta del hecho, en los siguientes términos:

“El gobierno sueco informó ayer de que al menos 650 mil personas, mujeres en un 99 por ciento, fueron esterilizadas sin saberlo o presionadas a dar su consentimiento entre 1935 y 1996 ‘en el marco de un programa basado en teorías eugenistas’ y por motivos de ‘orden social y racial’.”

Sigamos leyendo: “Se trataba en la mayoría de los casos de madres solteras, depresivas, alcohólicas, marginales y enfermas de cáncer. Tampoco escaparon de las esterilizaciones las minorías étnicas como lapones o gitanos.” (La Crónica de Hoy, 29 de marzo de 2000.)

Reflexión: no fueron los nazis. Los responsables quedaron en la impunidad.

Testimonio 6

El Universal, en su edición del 9 de octubre de 2002, hizo otra revelación: “Probó EU armas químicas y biológicas”

La nota de la agencia Associated Press (AP) de los Estados Unidos comenzaba así: “Estados Unidos probó en secreto armas químicas y biológicas en territorio norteamericano en la década de 1960, indican documentos difundidos recientemente por el Pentágono.”

El segundo párrafo daba más elementos: “Las pruebas incluyeron la emisión de agentes neurotóxicos mortales en Alaska y la diseminación de bacterias en Hawai, según los documentos obtenidos el martes.”

El texto continuaba: “Estados Unidos probó además agentes neurotóxicos en Canadá y Gran Bretaña, en cooperación con esos dos países.” (El Universal, 9 de octubre de 2002, fotocopia del texto impreso desde el servidor de ese periódico.)

Reflexión: ¿Y?

Testimonio 7

Cinco años antes, el periódico Novedades, de la Ciudad de México, informó que “Francia ensayó guerra química en Argelia”

El diario se basó en despachos de las agencias AFP y la Efe: “La prensa francesa reveló ayer que Francia experimentó secretamente armas químicas en Argelia con la complicidad del gobierno argelino hasta 1978, a pesar de que siempre negó la existencia de esas prácticas.”

Sigamos leyendo: “Estos ensayos de guerra química son más notables si se considera que fueron realizados en la excolonia francesa de Argelia y que, a pesar de los horrores de la guerra de independencia, los dirigentes del nuevo país aceptaron mediante una cláusula secreta que la ex potencia colonial mantuviera su base y continuara sus experimentos químicos.” (El Universal, 9 de octubre de 2002)

Reflexión: también los “buenos” hacen cosas malas.

Testimonio 8

Cerramos con otro material de El Universal: “Condena ONU ‘matanzas’ de Israel contra el pueblo palestino”

El material está fechado el 15 de abril de 2003, en Ginebra, Suiza, y fue preparado por la AFP:

<<La Comisión de Derechos Humanos de la ONU condenó hoy a Israel por “las matanzas perpetradas por sus autoridades militares de ocupación” y “la práctica de ‘liquidación’ o ‘ejecuciones extrajudiciales” contra el pueblo palestino.>> (El Universal, 15 de abril de 2003.)

Reflexión: La matanza de Sabra y Chatila es una de tantas más, cometidas a instancias de Israel, contra personas inocentes. Todas han quedado impunes.

Conclusión:

Los vencedores de la Segunda Guerra Mundial y sus aliados también han cometido crímenes (EU en Vietnam, Rusia en Afganistán, Inglaterra en Irlanda del Norte, etc.) sin que se les llame a cuentas y menos, sin que se juzgue a los presuntos responsables.
Por ello, la conclusión del presente trabajo es que el avance en materia de derechos humanos propiciado por el fin de la II GM es mínimo e insuficiente.

 

(*) Periodista mexicano

@JorgeSantaCruz1

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¿Día Internacional de la Mujer? Que le pregunten a las alemanas violadas por rusos, norteamericanos, ingleses y franceses

Foto: Especial
Mujer alemana acosada por soldados de la URSS. Foto: Especial

La demagógica propaganda «democrática» instauró el 8 de marzo, como el «Día Internacional de la Mujer».

Es una conmemoración hipócrita. Y lo vamos a demostrar con el silencio que mantiene en la impunidad a los culpables de las violaciones a por lo menos 3 millones de mujeres alemanas, durante y después de la II Guerra Mundial.

Un testimonio publicado por… la BBC

Hace dos años (8 de mayo de 2015), la BBC de Londres publicó un material alusivo a las violaciones masivas sufridas por las mujeres alemanas a manos de los soldados aliados.

Uno de los testimonios que cita la cadena británica es el del teniente ucraniano de origen judío, Vladimir Gelfand, que servía en el Ejército Rojo.

El militar soviético escribió un diario en tiempos de la guerra, que fue encontrado por su hijo, años después. Leamos:

Uno de los pasajes más reveladores lo escribió el 25 de abril, cuando ya habían llegado a Berlín. Gelfand cuenta que estaba dando vueltas en una bicicleta por el río Spree, cuando se topó con un grupo de alemanas que cargaban maletas y bultos.
Con su alemán precario preguntó a dónde iban y por qué habían abandonado sus hogares.
«Con horror en sus rostros me contaron lo que les había ocurrido la primera noche que arribó el Ejército Rojo a la ciudad», escribió.
«Me clavaron aquí», dijo una de las muchachas y se levantó la falda. «Toda la noche. Eran viejos y otros tenían espinillas. Todos se montaron por turnos. No menos de 20 hombres», dijo antes de estallar en lágrimas.
El teniente cuenta que la muchacha de repente se le tiró encima y le dijo: «Tú puedes acostarte conmigo. Haz lo que quieras conmigo, ¡pero solo tú!».
Para ese entonces ya los abusos y violaciones cometidas por los soldados alemanes en la Unión Soviética eran ampliamente conocidos durante los últimos cuatro años, lo cual Gelfand había conocido de primera mano mientras se abrían paso hacia Alemania.

Violar y matar

El periodista Juan E. Pflüger publicó lo siguiente en La Gaceta, de España:

El jefe de propaganda del ejército soviético lo tenía claro y así se lo trasmitió a las tropas comunistas que, tras romper el frente oriental, entraron en Alemania: «¡Maten! ¡Maten!. En la raza alemana no hay más que mal, ¡ni uno entre los vivos, ni uno entre los aun no nacidos, nada más que mal! Sigan los preceptos del camarada Stalin. Aniquilen a la bestia fascista de una vez por todas en su guarida. ¡Usen la fuerza y rompan el orgullo racial de esas mujeres alemanas! ¡Tómenlas como su botín de guerra! A medida que avancen, maten, nobles soldados del ejército rojo.»

La consecuencia: dos millones de mujeres alemanas violadas, de las que casi un cuarto de millón asesinadas durante o después de la violación. Una conducta inducida por los mandos que trasmitieron a la tropa “su derecho” a tomar a las mujeres alemanas como parte del botín de guerra.»

Pflüger tiene, entre sus fuentes, un libro publicado en 2005 por el historiador británico Antony Beevor, titulado Berlín, la caída: 1945:

La consecuencia: dos millones de mujeres alemanas violadas, de las que casi un cuarto de millón asesinadas durante o después de la violación. Una conducta inducida por los mandos que trasmitieron a la tropa “su derecho” a tomar a las mujeres alemanas como parte del botín de guerra.
Las denuncias de violaciones en Alemania fueron sistemáticamente silenciadas y ocultadas tras la Segunda Guerra Mundial. Al fin y al cabo, los soviéticos habían sido ganadores del conflicto y Estados Unidos, Inglaterra y Francia no estaban dispuestos, tampoco tenían fuerza para ellos como se demostró poco después, a enfrentarse contra Stalin y sus socios. Un libro publicado en 2005 por el historiador británico Antony Beevor “Berlín, la caída: 1945” demostró documentalmente la masacre cometida por el Ejército Rojo a medida que ocupaba territorio alemán.

Pflüger dice, de manera abierta, que los violadores soviéticos de las mujeres alemanas actuaron de manera salvaje:

Las descripciones que Beevor recoge en su libro son espeluznantes: violaciones múltiples, niñas, ancianas,… El sadismo estuvo presente en todos los casos, pero especialmente en aquellos en los que, como la esposa del ex canciller Helmut Kohl, las hijas eran violadas delante de sus madres. O aquellas en las que los abusos sexuales iban acompañados de torturas que terminaban con la muerte de las víctimas.
La documentación oficial consultada por el historiador no deja lugar a la duda sobre los brutales hechos. En ellos, los más crueles resultaron ser los soldados mongoles que llegaron a crucificar vivas a mujeres que previamente habían violado y se llegaron a encontrar algunas que habían sido ahorcadas con sus propios intestinos tras haberles abierto el estómago.»

860 mil violaciones más

Foto: La Gaceta, de España
Niñas alemanas, violadas y asesinadas. Foto: La Gaceta, de España

El 8 de marzo de 2015, el periódico español El Mundo, en su edición digital, dio a conocer que los soldados de Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia cometieron otras 860 mil violaciones a mujeres alemanas:

La periodista Rosalía Sánchez inicia, así, su reportaje:

«No había agua corriente y mi madre y yo habíamos salido a buscar agua con cubos. Al llegar al puente, los soldados americanos dijeron que mi madre debía pasar, pero que yo tenía que esperar allí. Mamá hizo ademán de volver atrás, pero la empujaron y la obligaron a atravesar el puente. Ella miraba hacia atrás sin perderme de vista, pero no podía hacer nada». Así relata Elfriede Seltenheim el momento en que las tropas de los aliados occidentales, que habían ocupado su pueblo en Ostbrandenburg, la arrancaron del seno de su familia.

Tenía 14 años en aquel mes de febrero de 1945. Una fotografía tomada unos días antes, a modo de celebración del final de la II Guerra Mundial, la muestra con una tímida sonrisa y dos trenzas doradas que caen sobre sus hombros. Desde allí fue trasladada a un barracón en el que los soldados estadounidenses la violaron innumerables veces, día y noche, durante cuatro semanas.»

Sánchez toma como punto de apoyo el testimonio de la historiadora alemana Miriam Gebhardt:

Gebhardt, que por primera vez pone cifras a las violaciones masivas, calcula 860.000 en los meses posteriores al fin de la guerra. Al menos 190.000 de ellas fueron perpetradas por soldados americanos. «Pero estas cifras son sólo la punta del iceberg. La cifra oscura seguramente es muy superior al doble porque muchas mujeres y niñas prefirieron no hablar nunca de ello por vergüenza», explica, al tiempo que señala que la publicación de su libro, Cuando llegaron los soldados, es «sólo el principio».

Violaciones derivaron en al menos 400 mil nacimientos en la Alemania derrotada

Foto: La Gaceta de España
Crueldad impune. Foto: La Gaceta, de España

El sitio de Internet Europa hoy publicó el 7 de febrero de 2015 otra estadística que refleja apenas la barbarie a la que fueron sometidas las mujeres alemanas en tiempos de la II Guerra Mundial:

Historiadores alemanes dicen en un nuevo libro que al menos 400.000 niños fueron engendrados por las tropas de las cuatro potencias aliadas que ocuparon Alemania después de la Segunda Guerra Mundial. Son el resultado de violaciones generalizadas, así como las relaciones amorosas.

Historiadores universitarios en las ciudades alemanas de Jena y Magdeburgo concluyen que sólo Francia ayudó a los niños engendrados por sus tropas de ocupación. Muchos de los nacidos de madres alemanas en cuatro zonas de ocupación sufrieron ostracismo toda su vida.

El estudio que se publicará el próximo lunes en un libro en lengua alemana cuyo título se traduce como «Bastards, los hijos de la ocupación en Alemania después de 1945″, encontraron que al menos 300.000 niños fueron engendrados mediante la ocupación de soldados del Ejército Rojo soviético.

Las violaciones perpetradas a mujeres alemanas se produjo (sic) en las cuatro zonas, incluyendo el sexo forzado por miembros de las unidades francesas y estadounidenses. Sólo unos pocos casos por las tropas británicas fueron descubiertos.

El primero de estos niños nació alrededor de la Navidad 1945.

Los investigadores dedujeron la figura infantil en la zona soviética de un recuento de hasta dos millones de violaciones presuntamente cometidas por soldados del Ejército Rojo.

Por todo lo anterior, volvemos a preguntar: ¿Día Internacional de la Mujer? Que le pregunten a las alemanas violadas por rusos, norteamericanos, ingleses y franceses durante la II Guerra Mundial y después de terminada la contienda.»

Empezaríamos a creer un poco en los patrocinadores de esta conmemoración internacional si reivindicaran a las víctimas alemanas y censuraran el papel histórico de los «buenos».

(*) Periodista mexicano.

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Dresde, genocidio con 72 años de impunidad

Foto: Wikipedia
Se cumplieron 72 años del peor bombardeo sufrido por Alemania. Foto: Wikipedia

Por: Jorge Santa Cruz

@JorgeSantaCruz1

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Los países aliados llevaron a cabo una serie de bombardeos de terror sobre la ciudad alemana de Dresde, entre el 13 y el 15 de febrero de 1945, o sea, hace 72 años, cuando la II Guerra Mundial vivía su etapa final.

El tema, sin embargo, fue pasado por alto por casi toda la prensa internacional, seguramente porque las víctimas fueron alemanas.

Existen, por supuesto, algunos testimonios recientes serios, que proceden de fuentes que de ninguna manera pueden ser catalogadas como pro nazis y que habremos de citar con el único afán de que impere la verdad sobre la propaganda.

El diario argentino La Nación, en su edición digital del 15 de febrero de 2015, publicó un trabajo firmado por el periodista Arnoldo Rivera J. en el que destaca que «El bombardeo de Dresde es el hecho MÁS OSCURO de Inglaterra y Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial: entre el 13 y 15 de febrero de 1945 arrasaron por aire a una ciudad indefensa.»

Estamos, sin duda, ante un testimonio imparcial:

Conocida como la Florencia del Elba, la capital de Sajonia fue arrasada por los aviones de la Real Fuerza Aérea inglesa (RAF) y la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF) en cuatro incursiones.

Dresde era uno de los centros culturales más importantes de Alemania, con museos y edificios históricos, que databan del siglo XVIII: una joya del barroco.

El Zwinger Museum y la catedral Frauenkirche –que cayó el 15– eran dos de de sus edificios emblemáticos.

Hasta aquellos fatídicos días de hace 70 años, no era considerada un punto estratégico fundamental para las partes beligerantes.

Para los aliados no representaba un obstáculo en su avance a Berlín y los alemanes habían traslado sus baterías antiaéreas a otros centros industriales.

Este dato revela la indefensión de Dresde: los 20 cazas estacionados en la ciudad no tenían combustible, ya que alguien consideró que no valía la pena utilizarlo en esos aviones, debido a la escasez del carburante.»

Lo cierto es que Dresde se encontraba prácticamente intacta, por lo que el alto mando aliado dispuso arrasarla con 4 mil toneladas de bombas, muchas de ellas incendiarias, que cayeron por espacio de 40 horas.

Foto: Especial.
Dresde, luego de recibir 4 mil toneladas de bombas, entre el 13 y el 15 de febrero de 1945. Foto: Especial

El sitio de Internet sobrehistoria.com, abiertamente antinazi,  detalla lo que ocurrió:

Tres días de locura, horror y muerte. El bombardeo de Dresde no tuvo otro nombre. Un crimen de guerra que desgraciadamente no fue declarado como tal porque los que lo realizaron fueron los supuestos “salvadores del mundo”, los que derrotaron y sacaron a la luz todo el maldito holocausto nazi. Pero para ingleses y norteamericanos, Alemania necesitaba un escarmiento. Poco importaba que la guerra estuviera en sus últimos suspiros; que los rusos prácticamente perfeccionaban el asalto a Berlín después de haber cruzado el Oder, o que incluso los occidentales ya hubieran traspasado el Rhin. Poco importó que Dresde estuviera llena de heridos y refugiados de guerra que huían del horror producido en otras ciudades, y que intentaban llegar como podían a Berlín buscando un último lugar donde esconderse. Poco importó que aquel no fuera un punto estratégico importante en aquellos momentos, ni un obstáculo importante en el avance de las tropas.

Era un escarmiento, y una promesa hecha a Stalin durante la Conferencia de Yalta del 11 de febrero que habían de cumplir ingleses y norteamericanos.

La crónica de sobrehistoria.com parece tomada de una película norteamericana actual, en la que se abusa de las escenas de violencia, destrucción y muerte; sin embargo, apenas refleja lo que ocurrió en aquél infierno:

Aquel 13 de Febrero de 1945 se ha quedado para la Historia como el del mayor bombardeo registrado sobre una población civil. La ciudad de Dresde fue prácticamente aniquilada. Monumentos, puentes, edificios, casas, calles, nada quedó en pie, sólo ruinas y muerte. 35.000 según los ingleses, 350.000 según los alemanes….

Eran las 22,09 h. del 13 de Febrero cuando las emisoras de radio alemanas cortaron su emisión para transmitir los sonidos de alerta de que se acercaban aviones aliados. Nadie pudo pensar que los 9 “mosquitos” (cazas ingleses) de reconocimiento iban a marcar a Dresde como el gran objetivo. Pero lo hicieron delimitándola con bengalas rojas, e iluminando con otras tantas toda la ciudad para evitar errores de los bombarderos.

245 bombarderos sobrevolaron minutos después la ciudad. La lluvia de bombas fue tal, que el único bombardero derribado lo fue porque le cayó encima una bomba lanzada por otro bombardero que volaba por encima suya. Eran las 22,15 h. y bastaron 15 minutos de intenso bombardeo para dejar la ciudad en ruinas. 524 bombas blockbusters, con capacidad de destrucción cada una de una manzana de calles completa, más 1800 bombas explosivas fueron lanzadas en aquel primer ataque. No intentaron esquivar ningún edificio: lo bombardearon todo, incluido hospitales, asilos y escuelas. La ciudad era un desesperanzador lamento de gritos y sollozos. Pero aún, no quedaron conformes.

¿Y por qué? Devolvemos la palabra a sobrehistoria.com:

Ya no hicieron falta los aviones mosquitos que les marcaran el objetivo en la segunda oleada de aviones. Eran las 1,30 h. de la mañana. La ciudad estaba en llamas. Socorristas, y ayuda médica habían llegado de ciudades cercanas, pero cuando oyeron los ruidos nuevamente de los bombarderos acercándose ya los tenían encima. Esta vez nadie pudo avisarles porque la ciudad estaba sin electricidad. El número de bombarderos se había doblado. En esta ocasión 550 bombarderos británicos Lancaster sobrevolaron Dresde. Y las bombas que llevaron en esta ocasión eran bombas incendiarias destinadas a hacer el mayor daño posible en los edificios. Se lanzaron nada más y nada menos que 650.000 bombas y 15 kilómetros cuadrados de territorios fueron bombardeados. Con este segundo bombardeo, Dresde, una ciudad que históricamente se había hecho famosa por el arte y la cultura que encerraba quedó reducida a cenizas. De este segundo bombardeo, curiosamente, se guarda una proyección en el Imperial War Museum de Londres.

El caos era total. No había agua, ni alimentos, ni medicinas, ni medios suficientes para apagar las llamas de la ciudad, ni atender a los cientos de miles de heridos. Y sin embargo, el horror no había acabado.

El alto mando aliado ordenó un tercer ataque. Regresamos a sobrehistoria.com:

A las 12,12 h. del 14 de febrero llegó la tercera oleada de bombarderos que dejó caer otro diluvio de muerte sobre la ciudad. Esta vez fueron 311 bombarderos B-17 de las fuerzas norteamericanas acompañados de cinco cazas. esta vez cayeron sobre la ciudad 1800 bombas explosivas y más de 126.000 bombas incendiarias. Los cazas que los acompañaban se dedicaron a ametrallar a los grupos de supervivientes que como buenamente podían, escapaban de la ciudad.

A las 10,15 h. del día 15 de febrero se desplomó finalmente la Iglesia de Frauenkirche, el símbolo de la ciudad. Pero aún así, aún hubo un último ataque aéreo de menor consistencia esta vez. 211 B17 estadounidenses arrojaron otras 460 bombas incendiarias más.

Aún después de aquellos días, el horror continuó, pues los incendios tardaron varios días en apagarse y los muertos se acumulaban en las calles. A la nube tóxica productos de los vapores de las bombas, el fuego, las cenizas, la falta de aire respirable, se unía el riesgo de enfermedades. El 25 de febrero, 3.865 cuerpos tuvieron que ser incinerados, sin identificar, en la actual plaza del mercado viejo. 25.000 fueron enterrados en el cementerio.»

Foto: Especial
Dresde: el rescate de víctimas.

 

El periodista argentino Arnoldo Rivera J. consignó en su trabajo difundido hace dos años por la página digital del diario argentino La Nación que la población de Dresde se disponía a festejar el Día de San Valentín:

Aquel 13 de febrero de 1945 era un martes de carnaval, por eso había bastante gente en las calles de Dresde.

La noche se vio interrumpida por la incursión de ocho bombarderos Mosquitos, que se encargaron de señalar con bengalas el marco de acción de los 244 bombarderos que los seguían.

A las 8:14, el infierno cayó del cielo en forma de 525 toneladas de bombas explosivas y 350 toneladas de bombas incendiarias. Ese ataque duró solo 120 segundos.»

El sitio sobrehistoria.com habla de 245 bombarderos; el periodista Arnoldo Rivero, del diario argentino La Nación, de 244.

El número de muertos por los bombardeos a Dresde nunca se conocerá. Los aliados lo estimaron en 35 mil; los alemanes, en más de 300 mil.

Regresemos a la investigación del colega de La Nación:

En los primeros años se llegó a hablar de 350.000; con el paso del tiempo y de acuerdo con las investigaciones históricas más rigurosas, se fijó en 35.000 la cifra.

“Cada año, se baja el número de muertos. La cifra de 35.000 es inaceptable para mí”, se lamenta Leandro Karoly en El drama de Dresde.

Para el momento de los ataques, Dresde tenía una población de 640.000 habitantes; sin embargo, estaba repleta de refugiados, la inmensa mayoría sin registro.

También se calcula que las temperaturas debido a los ataques nocturnos alcanzaron los 1.000 grados centígrados, suficientes para reducir a cenizas un cuerpo.

Además, cientos y cientos de cadáveres se apiñaban en rejillas metálicas y eran cremados con lanzallamas. Se necesitaron dos semanas para esa penosa tarea.

“Todos sufrimos con la guerra. Inglaterra también sufrió mucho con los bombardeos alemanes”, reflexionó Helmut Camphausen, sobreviviente del espanto.

Necesario o no, el bombardeo de Dresde castigó a la población civil de una forma cruel: un parlamentario inglés no dudó, entonces, en calificarlo como el peor crimen de guerra cometido jamás por Inglaterra.

Donald Nielsen, piloto estadounidense que participó en los bombardeos sabe muy bien lo que siente: “Todos los días le pido perdón a Dios”.

El Hufftington Post calculó el 12 de febrero de 2015, que el ataque a Dresde dejó 25 mil alemanes muertos.

Foto: Especial
Dresde, convertida en un infierno. Foto: Especial

 

El análisis de sobrehistoria.com reconoce, por otra parte, los aliados efectuaron otros bombardeos letales sobre ciudades alemanas y japonesas:

Hay que decir que el bombardeo a la ciudad de Dresde no es el mayor que realizaron los aliados durante la Segunda Guerra Mundial, aunque en este sentido hay muchas dudas acerca de las cifras de muertos (que como ya vimos oscilan entre los 30.000 que dicen los aliados a los 300.000 que dicen los alemanes). Si atendemos a las cifras oficiales, otras ciudades sufrieron bombardeos aún más virulentos, como Tokio, donde fallecieron más de 100.000 personas. Incluso algunas ciudades alemanas tuvieron más bajas que Dresde como consecuencia de los bombardeos, por ejemplo Hamburgo, en la que los aliados afirman que los bombardeos dejaron unos 60.000 fallecidos.»

El Dr. Jacques R. Pauwels publicó hace siete años, en el portal Global Research, que dirige el profesor Michel Chossudovsky, que los comandantes aliados sabían perfectamente que los bombardeos sobre las ciudades alemanas no provocarían el amedrentamiento de los alemanes:

Dresde no era un centro industrial o militar importante y, por lo tanto, no era un objetivo que mereciera el considerable e inusual esfuerzo conjunto estadounidense y británico que supuso el ataque. La ciudad tampoco fue bombardeada como represalia por anteriores bombardeos alemanes de ciudades como Rotterdam y Coventry. En venganza por la destrucción de estas ciudades, bombardeadas despiadadamente por la Luftwaffe en 1940, Berlín, Hamburgo, Colonia y otras muchas ciudades alemanas grandes y pequeñas ya habían pagado un alto precio en 1942, 1943 y 1944. Además, a principios de 1945 los comandantes aliados sabían perfectamente que ni siquiera el bombardeo aéreo más feroz lograría “aterrorizar [a los alemanes] hasta rendirse” [2], por lo tanto no es realista pensar que quienes planearon la operación tuvieran esta motivación. El bombardeo de Dresde parece, pues, que fue una masacre sin sentido y aparece como una tarea más terrible incluso que la devastación atómica de Hiroshima y Nagasaki que, por lo menos, se suponía habían llevado a la capitulación de Japón.»

Entonces, ¿por qué este crimen en específico de los buenos? Lo explica Pauwels:

Era de una importancia crucial dejar claro a Stalin que no se debía subestimar el poder militar de los aliados occidentales a pesar de los recientes reveses en las Ardenas belgas. Había que reconocer que el Ejército Rojo disponía de enormes masas de soldados de infantería, de excelentes tanques y de una artillería formidable, pero los aliados occidentales tenían en sus manos una baza militar que los soviéticos eran incapaces de igualar. Esta baza era su fuerza aérea, que contaba con la más impresionante colección de bombarderos que jamás había visto el mundo. Esta arma hacía posible que estadounidenses y británicos lanzaran los más devastadores ataques aéreos sobre objetivos que estaban muy lejos de sus propias líneas. ¿No resultaría más fácil negociar con Stalin en Yalta si se pudiera conseguir que fuera consciente de esto?

Fue Churchill quien decidió que la destrucción total de la ciudad alemana en las narices de los soviéticos, por así decirlo, enviaría el mensaje deseado al Kremlin. Durante cierto tiempo la RAF y la USAAF habían sido capaces de infligir golpes devastadores a cualquier ciudad alemana y se habían preparado meticulosamente planes detallados para esta operación conocida como “Operación Trueno”. Sin embargo, durante el verano de 1944, cuando el rápido avance desde Normandia hizo probable que la guerra se ganara antes de fin de año y ya se empezaba a pensar en la reconstrucción de posguerra, una operación al estilo de la Operación Trueno se había empezado a ver como un medio de intimidar a los soviéticos. En agosto de 1944 un memorandum de la RAF señalaba que “la devastación total del centro de una vasta ciudad [alemana] […] convencería a los aliados rusos […] de la eficacia de la potencia aérea anglo-estadounidense”.

Foto: Wikipedia/Fuerza Aérea de EUA
Bombardero B17 de la Fuerza Aérea de EUA. Foto: Wikipedia

Lo cierto es que hubo tripulaciones aliadas que se oponían al ataque a Dresde. Eso motivó al alto mando aliado a dar órdenes falsas, con tal de asegurarse de que sus pilotos y artilleros cumplieran con lo que se les ordenaba. Citamos, otra vez, a Pauwels:

Y así se instruyó a los comandantes regionales y los maestros bombarderos para formular otros objetivos, que se esperaba fueran creíbles, por el bien de sus tripulaciones. En vista de ello podemos entender por qué las instrucciones dadas a las tripulaciones respecto a los objetivos eran diferentes de una unidad a otra y por qué a menudo fueron descabelladas e incluso contradictorias. La mayoría de los comandantes hicieron hincapié en los objetivos militares y citaron “blancos militares” indefinidos, hipotéticas “fábricas vitales de munición” y “depósitos de armas y suministros”, el supuesto papel de Dresde como “ciudad fortificada” e incluso la existencia en la ciudad de algún “cuartel general del ejército alemán”. Con frecuencia se hicieron también vagas alusiones a “importantes instalaciones militares” y a “depósitos de vagones y máquinas de tren” . Para explicar a las tripulaciones por qué se atacaba el centro de la ciudad y no los barrios periféricos industriales, algunos comandantes hablaron de la existencia en el centro de “cuarteles generales de la Gestapo” y de “una gigantesca fábrica de gas”.

Seguramente a los lectores que hayan llegado hasta aquí, esa metodología basada en mentiras les resultará familiar, al evocar las invasiones a Afganistán e Irak, ordenadas por el entonces presidente de los Estados Unidos, George Walker Bush, y el que era primer ministro británico, Tony Blair.

Foto: Deutsche Welle
Mujer caminando en las ruinas de Dresde. Foto tomada de Deutsche Welle

Cerremos por esta ocasión con otro argumento de Pauwels:

Algunos oradores o bien fueron incapaces de inventarse esos objetivos imaginarios o bien por alguna razón no deseaban hacerlo y dijeron escuetamente a sus hombres que se iban a arrojar las bombas en el “centro construido de la ciudad de Dresde” o, simplemente, “en Dresde”. Destruir el centro de una ciudad alemana con la esperanza de provocar tanto daño como fuera posible a las instalaciones militares e industriales, y a las infraestructuras de comunicaciones resultó ser la esencia de la estrategia aliada, o al menos británica, de “bombardear una zona”. Las tripulaciones de los bombarderos habían aprendido a aceptar este desagradable hecho de la vida, o más bien de la muerte, pero en el caso de Dresde muchos de ellos se sintieron incómodos. Cuestionaron las instrucciones respecto a los objetivos y tuvieron la impresión de que este ataque implicaba algo inusual y sospechoso, y de que sin lugar a dudas no era un asunto “de rutina”, tal como Taylor lo presenta en su libro. Por ejemplo, el radio-operador de un B-17 declaró en una comunicación confidencial que “ésta era la única vez” que “a [él] (y a otros) les parecía que la misión era inusual”. La angustia que experimentaron las tripulaciones quedó también ilustrada por el hecho de que en muchos casos unas órdenes del comandante no provocaron los tradicionales vítores de las tripulaciones sino que se recibieron con un silencio gélido.»